La vida y el movimiento están íntimamente conectados. Todo ser vivo está en movimiento. La armonía y la salud existen cuando el movimiento es libre y los fluidos circulan libremente por el cuerpo, no supone un sobreesfuerzo, ni están sobreexcitados, deprimidos o en conflicto con las estructuras vecinas

Son de especial importancia los movimientos –generalmente no visibles– que tienen lugar dentro del cuerpo humano, pues con el tiempo pueden producir molestias, dolores y más adelante puede aparecer la enfermedad. Estos movimientos están relacionados con muchos niveles de actividad del organismo, desde pulsaciones celulares o micro movimientos articulares, hasta contracciones rítmicas del corazón, del diafragma, el ritmo cráneo-sacral, etc.

En cada sesión, el osteópata realiza un diagnóstico que consiste en establecer qué estructuras tienen falta de movimiento, están bloqueadas o en disfunción osteopática. Siempre desde el punto de vista del movimiento se evalúa cómo interactúan las fuerzas anormales, cómo se solapan, adaptan, compensan y cómo afectan a las fuerzas vitales de nuestro cuerpo.

El objetivo consiste en estimular la fuerza vital y de auto-regulación del cuerpo para eliminar los efectos indeseables y equilibrar y armonizar el movimiento en el organismo.

La osteopatía comprende tres sistemas interconectados:

  • El sistema músculo-esquelético depende del funcionamiento de las articulaciones o unión entre huesos, ligamentos, tendones, músculos y aponeurosis. Este funcionamiento está influenciado por adaptaciones y compensaciones que se deben a:
    • Restricciones en el movimiento de la articulación (hombro, brazo, pierna, espalda, cuello…).
    • Cambios en la textura del tejido (se endurece, se seca…).
    • Hay un cambio en la “sensitividad” del tejido (causando molestias o dolor).
    • Asimetría (la posición de las vértebras u otros huesos tiende a la asimetría).
  • El sistema visceral depende de la sincronización entre los movimientos de todos los órganos y las demás estructuras corporales. Cuando un órgano no puede estar en armonía con otra víscera debido a un tono anormal, adherencias o desplazamientos, no sólo trabaja en contra de sí mismo, sino también en contra de las estructuras vecinas. Un campo de irritación crónica se pone en marcha y crea un camino para la disfunción y posteriormente la enfermedad.
  • El sistema Cráneo-Sacral es un punto de conexión entre el cerebro, la medula espinal y los órganos de los sentidos. El desarrollo psicomotor depende de que funcione adecuadamente. A través del cerebro tiene una gran influencia en el sueño, descanso y recuperación del organismo. También ayuda en la biomecánica postural. Este sistema depende del ritmo cráneo-sacral. Este ritmo de 6 a 12 ciclos por minuto hace que tu cabeza se expanda y estreche levemente, y tu columna se alargue y acorte ligeramente, en un esfuerzo por intercambiar y hacer circular el fluido cerebroespinal.

Los principios de la Osteopatía son reglas teóricas y generales que guían la conducta del osteópata:

  • El cuerpo es un todo indivisible.
  • La estructura y la función son interdependientes.
  • El movimiento del flujo sanguíneo es esencial para la salud.
  • El cuerpo contiene mecanismos de auto-regulación, auto-defensa y auto-curación.
  • El sistema nervioso juega un rol central en controlar los fluidos del cuerpo y el intercambio de información entre las diferentes estructuras.
  • El osteópata debe distinguir entre los efectos y sus causas.

Traumas, malposiciones en el útero y partos dificultosos constituyen una triada de potencial patogénesis biomecánica. Hábitos posturales y acciones repetitivas realizadas con una pobre biomecánica; estrés, ansiedad, estados emocionales, intoxicaciones y una vida sedentaria son también fuente de disfunciones mecánicas y de la pérdida de equilibrio de la que depende la salud.

osteopatia

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¿A quién puede beneficiar?

En Dcarvier nos hemos especializado, dentro de la Osteopatía, en Terapia Cráneo-Sacral, Manipulación Visceral y Fasciaterapia. Son técnicas manuales suaves, muy específicas y con movimientos lentos y sutiles pues se fundamentan a partir del tejido conectivo del cuerpo. Este tejido envuelve, sostiene, apoya, conecta y protege todas las estructuras del cuerpo humano, ya sea hueso, músculo, tendón o ligamento así como órganos, arterias, venas y nervios.

Son técnicas apropiadas para personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños, bebes y recién nacidos, durante el embarazo y post-parto, así como deportistas y personas de profesiones con movimientos repetitivos o trabajos sedentarios. Son recomendables, bien sea por un motivo específico o general, antes y después de una operación, si has sufrido un accidente, algún tipo de trauma, situaciones crónicas de estrés o en periodos de fragilidad.

Trabajamos combinando estas tres técnicas para crear un tratamiento específico e individualizado. Se trata de un método centrado en la persona, a través del cuerpo, que estimula las fuerzas de autorregulación del organismo y al mismo tiempo se dirige a la persona en su totalidad física y psíquica.

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